Descripcion
Esta vez, Adán se comió la manzana a Eva. En la historia, era todo lo contrario, y Eve era bastante emprendedora ... Adam sabe lo que quiere. Después de tocar algunas de sus tetas de perra, buscando algo de polla, el macho encuentra el camino hacia la cueva de su esposa y entierra a un miembro muy viril. La mujer recibe estoicamente la cara un poco retorcida con el dolor, arrastrándose, colgando las tetas. Luego cambia el programa, es ella quien monta el macho. Controla así ir y venir, la duración y la profundidad de cada golpe de gallo. Entre cada posición, cambia de nuevo a la fuente de placer y un poco de pino lubrica que se estaba hundiendo. Esta es la parte que más le gusta, aunque en una cuchara pequeña, parece disfrutar de la caricia de sus manos sobre sus tetas y la penetración sin presión. Para recibir esta fuerza de pino, ella termina teniendo un orgasmo y también saborea el jugo de la fruta del macho ...